Nathalia

Las tasas de abuso de sustancias son generalmente similares a las de muchos otros grupos demográficos; sin embargo, el aumento en las tasas de consumo de drogas está relacionado con diversos factores que reflejan los desafíos que enfrenta este grupo.

Los problemas de salud mental comienzan a cuando muchos latinos llegan a Estados Unidos. El estrés del trabajo, el dinero y otros factores provocan el inicio del consumo de sustancias. Este consumo inicial puede eventualmente llevar al abuso o mal uso de estas sustancias, y para esta comunidad latina puede ser más difícil acceder a ayuda. Una razón es la barrera del idioma; otros pueden no sentir la necesidad de hablar con profesionales de la salud porque en muchas culturas latinas no se habla lo suficiente sobre la salud mental. Además, algunos creen que la religión puede influir en la salud mental de una persona.

Por ejemplo, muchos podrían pensar que la depresión o ansiedad son causados por la falta de fe o de oración. Las estadísticas han mostrado una disminución en los latinos que buscan orientación para su salud mental. En el artículo Rural Hispanic Perceptions of Mental Health se afirma que en 2020, el 18.4% de los hispanos experimentaron alguna enfermedad mental, pero solo alrededor de un tercio recibió tratamiento, en comparación con casi la mitad de los no hispanos.

Las drogas más consumidas incluyen alcohol, opioides, marihuana y cocaína. Una encuesta realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en 2017 reveló que los latinos en edad escolar secundaria tenían una mayor prevalencia de consumo de drogas ilícitas (16.1%) y mal uso de opioides recetados (15.1%) en comparación con la población total de estudiantes de secundaria (14% en ambos casos) y otras razas y etnias.

La revista Ethnicity and the Social and Health Harms from Drinking indicó que “las tasas de bebedores diarios fueron más altas entre los hispanos (33.9%)”. Además, la Asociación de Ansiedad y Depresión de América explica que el abuso de sustancias, el trauma y los trastornos por estrés suelen coincidir.

Ahora que hemos establecido el aumento del abuso de sustancias en las comunidades latinas y la disminución de la orientación en salud mental dentro de estas comunidades, debemos crear más recursos para que este grupo sepa que existen lugares donde pueden hablar y ayudar este problema.