Un resumen breve:
Nuestro podcast se centró en los retos de Amy Cortez, una ex alumna reciente de la JMU que luchó contra el síndrome del impostor. Como estudiante universitaria de primera generación, experimentó varias dificultades en su vida académica y social. Mientras buscaba tratamiento para su enfermedad, se enfrentaba a la idea de decepcionar a sus padres. Además, a lo largo de su viaje, descubrió que encontrar recursos de salud mental para sí misma era fácil, pero pronto se dio cuenta, a través de su trabajo voluntario en Healthy Community Health Centers, de que otras personas de la comunidad latina podrían no tener las mismas oportunidades. Para ella, recurrir a la terapia fue la forma en que se enfrentó a su síndrome del impostor con el fin de navegar con éxito una vida post-graduada.
Más información sobre la tema:
El síndrome del impostor se produce cuando persisten sentimientos de no pertenencia, de no merecer estar en algún sitio o tener ciertas oportunidades. A menudo, otros trastornos mentales como la ansiedad y la baja autoestima subyacen a los problemas que acompañan al síndrome del impostor. El síndrome del impostor es una enfermedad mental relativamente nueva en nuestra sociedad. El síndrome del impostor, que suele afectar a mujeres y jóvenes, acaba de ser reconocido e identificado por quienes lo padecen. Al ser un trastorno de salud mental menos reconocido e identificado, los recursos disponibles para quienes luchan contra el síndrome del impostor son limitados. Como se menciona en el podcast, Amy mencionó que específicamente para la población latina, los recursos de salud mental no son fácilmente accesibles. El fácil acceso a los recursos de salud mental ha sido un problema constante que ha plagado a la comunidad latina. Además, en el caso de la población latina, la salud mental suele estigmatizar hasta el punto de que muchos no buscan ayuda por miedo a ser juzgados o a las reacciones negativas. En el caso de Amy, esto se manifestó en la relación con sus padres, ya que le preocupaba no estar a la altura de sus expectativas. La lucha por complacer a sus padres también se desviaba de su condición de estudiante universitaria de primera generación de la que se esperaba que mantuviera unas notas perfectas y siguiera siendo resistente. Para determinados grupos de población, ir a la universidad era una oportunidad que sus familiares o las generaciones anteriores nunca tuvieron. Por eso, los primeros de la familia en ir a la universidad suelen estar obligados a valorar el tiempo que han pasado trabajando para obtener un título, incluso cuando tienen dificultades.
Futuro posibles soluciones:
Aunque no existen políticas o leyes activas que ayuden a gestionar el síndrome del impostor en entornos como el laboral o el universitario, hay medidas que tanto los empresarios como el profesorado universitario pueden adoptar para promover hábitos saludables. Entre ellas se incluye el fomento del sentimiento de pertenencia, donde estudiantes y empleados disponen de un espacio seguro para compartir sus preocupaciones e ideas. Además, hay que aceptar el fracaso y promover la colaboración cuando se produce para fomentar un crecimiento y una mentalidad positiva. Por último, promover la inclusión y la diversidad de todos los géneros, razas, etnias y orígenes para garantizar que todos se sientan bienvenidos y seguros en sus puestos. Es importante que las instituciones consideren cómo pueden haber tratado a las personas como si no fueran dignas y cómo han contribuido al entorno en el que el síndrome del impostor es común. Diversas organizaciones, como el Instituto del Síndrome del Impostor, trabajan para combatir el síndrome del impostor en estudiantes universitarios, ingenieros, empresarios, enfermeros y artistas, que se encuentran entre los más afectados por el síndrome del impostor. Disponen de recursos como entrevistas con profesionales, autoexámenes, artículos informativos, vídeos explicativos y libros recomendados tanto para niños como para adultos con el fin de ayudar a ambos a comprender y combatir el síndrome del impostor. A través de estos recursos, la ISI ayuda a los afectados a sentirse menos aislados, a reconocer los costes de no tratar el síndrome del impostor, a comprender los distintos tipos de síndrome del impostor y a reconocer los mecanismos y hábitos de afrontamiento poco saludables. Además, concienciar sobre el síndrome del impostor y otras enfermedades mentales no tan conocidas que afectan a nuestras generaciones más jóvenes podría ser útil para abordar problemas futuros comunes como el agotamiento profesional, la inadecuación profesional y tener la sensación de ser un fraude. La concienciación sobre las enfermedades mentales es algo vital para nuestra sociedad, para que podamos comprender el modo en que las enfermedades mentales afectan a nuestras vidas. A través de la concienciación se podría proporcionar apoyo a la investigación, financiar opciones de tratamiento y conexiones con defensores que creen un futuro mejor de la salud mental. Si aumentamos la concienciación sobre la salud mental y sus posibles cuidados, aumentan las probabilidades de que las personas necesitadas busquen el tratamiento necesario. Cuando las personas están mejor informadas sobre las enfermedades mentales, pueden apoyar y ayudar mejor a quienes las padecen. Lo más importante cuando alguien tiene problemas de salud mental es tender la mano e iniciar una conversación. Informarse sobre la realidad de vivir con problemas de salud mental y controlar los juicios o estigmas que se puedan tener. En la sociedad actual es muy difícil evitar el estigma y los juicios de los demás, por lo que aliviar estas ideas preconcebidas permitirá concienciar más sobre la salud mental. Dado que el síndrome del impostor es una de las afecciones mentales más recientes, especialmente en entornos académicos y profesionales, cabe preguntarse cómo podemos concienciar sobre esta afección antes de que obstaculice a las personas y afecte a su salud mental. La resiliencia, es decir, la adaptación ante la adversidad y el estrés, podría ser un proceso vital que se nutre y práctica para ayudar a gestionar y combatir el síndrome del impostor. Por último, el síndrome del impostor es más frecuente entre las personas pertenecientes a minorías infrarrepresentadas, y la mayoría de los problemas de salud mental son desproporcionadamente más frecuentes en las minorías. Merece la pena seguir debatiendo cómo podríamos reducir estas disparidades que existen entre estos grupos.
Fuentes:
https://www.elle.com/es/living/psico/a35832477/sindrome-impostora/
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151125_salud_psicologia_sindrome_impostor_lb
https://www.mcleanhospital.org/essential/impostor-syndrome
https://www.shrm.org/hr-today/news/hr-news/pages/addressing-imposter-syndrome-what-employers-can-do-.aspx
https://impostorsyndrome.com/resources/
https://www.lifespan.org/lifespan-living/importance-mental-health-awareness-month#:~:text=Talking%20openly%20about%20mental%20health,health%20has%20on%20daily%20life.
https://graduate.asu.edu/graduate-insider/best-practice-developing-resilience-and-overcoming-imposter-syndrome
https://www.apa.org/monitor/2021/06/cover-impostor-phenomenon
Recent Comments